lunes, 8 de abril de 2013

El otro lado de las camelias



Cuando termine, mi vieja carretilla pedía a gritos una foto; “Pues sí tienes razón, pero lo haremos mañana hoy ya es muy tarde”. De mañana, recogí las camelias caídas durante la noche,  le hice un par de fotos, y la deje un rato más a lucirse, me daba pena tirar las camelias tan pronto a la pila de compost.
 A media mañana  me encuentro a  Lucas (mi perro) acorralando un mirlo, el pájaro estaba paralizado por el miedo, lo rescate  justo a tiempo yo creo a punto de darle un yuyo. Lo acaricie y no se me ocurrió otra cosa  que ponerlo a recuperarse en el mullido colchón de camelias de la carretilla. No me separe de él y pude ver como poco a poco se iba recuperando.  Me dejo hacer todas las fotos que quise  y en un descuido salio volando cual ave fénix  dejando un mínimo rastro de plumas y  sin darme tiempo a capturar su vuelo.
Y allí se quedo la carretilla cual fiel burrito de carga espléndida en su madurez, como el otro lado de las camelias.






3 comentarios:

Ginebra dijo...

¡vaya cantidad de camelias tiene usted sembradas, señora Cris!!!
Me han gustado las fotos del mirlo asustado y la carretilla de camelias.
Te imagino ahí afanosa en el jardín, ocupada con tus flores y tus cosas... una manera genial de pasar el tiempo disfrutando.
Besos

Luisa dijo...

Me ocurre algo parecido....con el viento que ha hecho estos días pasados las flores de mi camelia tapizaban el suelo....y que pena echarlas al compost.....Este año ha estado espléndida con sus flores.
Disfruto de cualquier manera con ella.Saludos.

abuelacris dijo...

Luisa !que alegria! al encontrar tu comentario. Un abrazo.